En “Cine Doré” Diana Larrea vuelve a reflexionar sobre el aura del arte y el modo en que acabamos mitificando al artista y a sus producciones, convirtiendo algunas piezas en verdaderos iconos que generan efectos propios a lo largo del tiempo. La artista realiza un
“remake” de una de las escenas más célebres de la película “Al final de la escapada”(A bout de souffle) de Jean.Luc Godard, convertida por nuestra cultura en un film de culto.

Optando por la imagen en blanco y negro; ataviada con la estética de la protagonista: la actriz Jean Seberg, y usando la banda sonora original del filme, Diana acentúa el matiz intelectual de la obra que va a homenajear, que incluso aparece subtitulada.

Se reproduce la escena ubicándola en el Paseo de Recoletos madrileño. La protagonista vende periódicos al grito de “New York Herald Tribune” mientras dialoga con Jean Paul Belmondo, que para la ocasión es interpretado por un actor.

Interesada por la interacción con los transeúntes y por el desarrollo de proyectos en el espacio público, la potencia de la situación creada se basa en introducir este remake en un entorno vivo, el del fluir de los paseantes de las calles madrileña y enfrentarlos a una escena de culto de la que algunos tendrán una referencia o al menos recuerdos, por ser un lugar común de la cultura europea.

La obra supone un homenaje al cine de autor, a la inspiración que recibimos a través de estas obras originales. Curiosamente se genera una cadena de citaciones que empieza en las referencias al cine negro que hace Godard en el film y termina en la versión madrileña que Diana inserta en la multitud.

El titulo de la obra se apropia del nombre de la sala que es sede de la Filmoteca Española “Cine Doré”, que ha sido punto de encuentro para los amantes del cine a lo largo de generaciones.

Al mismo tiempo, este trabajo “reconcilia al videoarte con el cine”, en la línea del video de creación que se lleva haciendo desde finales del siglo XX en el que ambos medios vuelven a dialogar. La pieza de Diana, en la línea de la de creadores como Douglas Gordon, regresa a los referentes cinematográficos que han construido nuestra estética, y los “detournean”. Es además significativo, que elija a Godard, uno de los artistas que más se ha implicado en ambos medios, y que es un precursor en el uso del videoarte.