Dos pantallas, a la izquierda el largo proceso de elección de Miss Universo, a la derecha las labores cotidianas de una mujer sencilla. Dos miradas, la del siempre efímero mundo del glamour y la del día a día. Un magnífico trabajo de exposición sobre los roles impuestos al género femenino por una sociedad patriarcal frente a la naturaleza de la mujer.

Eugenia Balcellls elabora un discurso dual sobre la representación de la mujer en los medios de comunicación, tomando como ejemplo la elección de Miss Universo, contraponiéndola a escenas de la más sencilla cotidianidad de la mujer culta. Dos tipos de lenguaje audiovisual muy alejados entre sí, la representación de la opulencia televisiva y el vídeo doméstico, macro televisión en contraste con la micro visión de la cotidianidad, que nos hablan de la distancia entre el mito sublimado y realidad. La autora no pretende que se tome partido, sino que se observen los grados de distancia. El escenario mediatizado frente a la naturaleza de las costumbres diarias más cercanas a quien observa esta pieza.

Un trabajo sobre distintos modelos de mujer y muy distintas aspiraciones realizado en un momento de transición social y cultural donde el género femenino reconocía su determinación intelectual frente a la esteriotipación de sus valores físicos. Una ducha, preparar la comida y conversar con las amigas, al fin y al cabo, estar en casa, ofrece un placer mayor que cualquier concurso donde la persona se transfigura en objeto de adoración vacua a expensas de una elección. El valor por el cuerpo frente al valor por el pensamiento. Lo primero más sencillo, si los genes están predispuestos a ello, lo segundo una labor de autosuperación personal y de esfuerzo intelectual, quizás más ingrato a priori que recibir piropos constantemente pero infinitamente más satisfactorio a nivel particular.