Los cuentos de Negruri (Remix del Remix)
Los cuentos de Negruri (Remix del Remix)
Negruri es un artista que no ha conseguido cumplir con sus metas, en la vejez reniega del mundo del arte criticando despiadadamente sus dispositivos político-sociales y de mercado e incidiendo en la complicidad de los medios de comunicación que apoyan falsamente (risas enlatadas) el gran engaño que supone. Testimonio en primera persona, ocasionalmente entrevistado por sí mismo, del incombustible artista marginal que cansado se rebela, pero ya es tarde.
Los tópicos sobre la corrupción del arte («en la Euskal Herria mítica del siglo XXI», pero extensibles a otras latitudes) forman parte del sentido de la ironía en Negruri, un humor visceral tan tóxico que corroe. Su mala sombra lo convierte en una personalidad inestable y contradictoria a través de un mecanismo de conservación ante la percepción de una realidad cultural íntimamente despreciable. Por su boca lo suelta todo, con resentimiento, animadversión y odio.
Entrevistándose a sí mismo escribe su propio testamento a través del vídeo. Una declaración de intenciones no resueltas y amenazas impulsivas. Este desdoblamiento de personalidad le permite un comportamiento ambiguo, entre el amoldado encuestador y el agresivo insolente. Primando el agresivo, que responde automáticamente a motivaciones inconscientes, aparece como ilógico e inadaptado, aunque sus afirmaciones se recrean en tópicos que definen una realidad que no está desencaminada de la verdad. Su lado maldito, según las convenciones, rechaza todo afecto y dolor, contemplándose a sí mismo como un extraño que rechaza sus experiencias anteriores. Continuamente traumatizado no siente el miedo que en su momento le paralizó, razón por la que nunca llegó a ser quien pretendía, ni disfruta en ningún momento del placer creativo. En un constante estado de tensión electrificada, ataca al entorno artístico de su comunidad con la finalidad, fallida de antemano, de que su entorno político-cultural recapacite y le otorgue el valor que él mismo cree merecerse.