Apología/Antología: Recorridos por el vídeo en el contexto español es un espacio virtual que contiene 250 obras de libre acceso. Apología/Antología hace visible la producción artística audiovisual en el contexto español de los últimos cincuenta años insistiendo en las genealogías, conexiones y diálogos entre las distintas obras y artistas.

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El enemigo

Usue Arrieta QQ
2010
00:40:01
Castellano
copyright

El enemigo

Usue Arrieta QQ
00:40:01
Castellano
copyright

- Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
-Porque no existo.
(Jean-Luc Godard, en La Chinoise, 1967)
- Actualmente, la cultura está apartada de la acción. O eso me parece…
(La Chinoise)
- Donde hay revolución hay confusión.
(John Mallory -James Coburn- en Agáchate, maldito, 1971, de Sergio Leone)

Usue Arrieta y Vicente Vázquez llegan a Barcelona en el verano de 2008 con un proyecto avanzado. Fruto de la colaboración con varios amigos y gentes afines (1) realizan El enemigo, estrenado en septiembre de 2010 (acompañado de una doble publicación, particular collage con textos, anotaciones, bosquejos y abundancia de usos gráficos y culturales populares), antes parte de la exposición Aptitud para las armas (febrero-abril 2008, Madrid), una exploración en torno a la creatividad, sus posibilidades de acción y recepción y las frágiles fronteras edificadas sobre política y arte.

Palimpsesto, actualización y análisis en simultáneo de una de las fértiles líneas de investigación abiertas por Jean-Luc Godard, en concreto su largometraje La Chinoise (1967), el aparente referente original es más un andamiaje global, icónico y de naturaleza proteica del que servirse –gracias al carácter de fructífero pero también verborreico collage en torno a jóvenes adoctrinándose que poseía el filme de Godard-, una hábil muestra de época, con una pléyade de elementos y cuestiones contenidas, que un homenaje o acto con altas dosis de espíritu retro.

Y ninguna película en construcción (o haciéndose) puede definitivamente observar servidumbres, so pena de no preservar su rigor y libertad. Pero algún (provechoso) nexo sí resulta visible: el discurso (la conferencia, 2) deviene centro del conglomerado de narraciones que constituye El enemigo. Películas habladas con un núcleo de personajes, donde los cuatro y hasta cinco protagonistas de La Chinoise se transforman en siete personajes, matizados en su arquetipo o inclinación retórica como fieles exponentes de los asuntos con enjundia que el dúo We are QQ se dispone a tratar. En un planteamiento alejado del cine dentro de cine explorado con fortuna sin ir más lejos por Los Hijos, aquí es la propia reflexión y la catarata de temas arrojados los que se convierten en protagonistas. Y la tentativa es también que el discurso y sus dispositivos de puesta en escena trasciendan lo meramente expositivo o didáctico. Las alusiones al Modelo de Representación Institucional a la manera de Burch (lo que, simplificando, originaría por extensión modelos narrativos de cine, de propaganda y de medios estrechamente ligado a usos políticos, bien cerrados, de estructura limitada e impositiva) y su deriva en el buceo por la noción siempre difusa de enemigo vienen a certificar esta sintonía. Mas el enemigo no acepta la performance, no tolera ni comprende la metáfora y esto produce colisiones. Y el enfrentamiento con ese enemigo que no existe produce en esencia siete segmentos (o personajes: la película de uno; el deseo; la recreación;  lo maquínico; el locus; la ficción y la sacudida), plenos de digresiones y componentes interpolados, hasta recreaciones de momentos puntuales del filme de Godard. Del cine como mito, catalizador popular a la relación industrial que lo define, de los vínculos con la violencia a las conexiones deseo-espectáculo-muerte y el propio deporte (Valentino Rossi, prolegómeno de la propia idea que hilvana deporte y arte como áreas de competición, fermento -para la ocasión ciclista- del proyecto 90º), del rodaje mortal de Twilight Zone / En los límites de la realidad (1982) al pensamiento en red, de Carl Schmitt a la búsqueda del público destinatario, la insurgencia expresada en planos frontales cubre etapas.

Y una sucesión de (pertinentes) preguntas directas, indirectas o colaterales filtran la revuelta y alcanzan al espectador en vertiginoso tropel: ¿El creativo es un trabajador más? ¿El espectáculo es creación popular? ¿El arte radical tiene raíces populares? ¿El arte o la cultura son simples huidas del tedio? ¿Eres actor o espectador? ¿Nuestra relación con la violencia posee naturaleza estética? ¿Es posible una revolución hoy? Recomendamos pase doble, con El enemigo flanqueado por La Chinoise.


(1) En apropiada expresión de sus autores, “El enemigo escenifica a un grupo de agentes culturales que traman algo en un piso típico del ensanche”. Entrevista incluida en la publicación publicitaria de las proyecciones en el Cinema Maldá de Barcelona en septiembre-octubre de 2010, BCN PRODUCCIÓ´10, Espai Club.
(2) “Pedimos a los diferentes participantes  que prepararan una pequeña conferencia acercad e un tema que forma parte de su área de investigación[…]. Todas las intervenciones fluctúan irrevocablemente entre el argumento rocambolesco,  el dato fehaciente y la experiencia subjetiva, tornando difusas las líneas entre lo documental,  lo testimonial, lo imaginario y lo discursivo”, ibid.

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